Cuando
nos enteramos de la muerte del comandante Chávez muchos comprendimos que se
iniciaba un proceso difícil para la Revolución Bolivariana y continental. En esa
coyuntura nos dispusimos a seguir el camino trazado por él hacia la
independencia nacional y el Socialismo. En lo Particular pensaba que una de las
cosas más complejas que íbamos a enfrentar era la pérdida del líder. Sin
embargo, al tras luz del tiempo podemos afirmar que existen algunos elementos
que debemos defender ante cualquier circunstancia.
Esos
elementos son:
·
La
esperanza: Es vital mantener en el ideario colectivo del pueblo que
con el socialismo y progresivamente la sociedad sin clases se vivirá mejor y
que la conquista de ese objetivo supremo pasa sin duda por sus manos y por su
frente, Marx nos plantea que cuando una idea se apodera de las masas ésta se
convierte en fuerza objetiva, El Comandante Chávez a mi parecer logró convertir
la esperanza en el Socialismo en fuerza objetiva y dotó a pueblo de
herramientas con las cuales defender dicha idea, por ende sería un error
retroceder. Los aparatos ideológicos del imperialismo buscan a través de la
guerra económica plantear que en Venezuela fracasó la propuesta socialista,
cuando es precisamente la ausencia del socialismo lo que nos tiene contra la
pared.
·
La
Critica y la Autocritica: Todo proceso revolucionario genuino
debe contar en su militancia de base, en su vanguardia y en su dirección con
una profunda capacidad de crítica y autocritica, pues es ésta en definitiva la
vacuna principal contra el estancamiento de los procesos, permite oxigenar
permanentemente, revisar y corregir entuertos, ahora para criticar y
autocriticar debe tenerse una convicción profunda en el rumbo estratégico y
debe tenerse confianza absoluta en el pueblo que en definitiva tendrá la última
palabra, pero por sobre todo debe contarse con la humildad suficiente para ver
los errores, asumir lo que se ha hecho mal y reconocer si se cuenta con la
voluntad y la capacidad para rectificar.
·
La confianza
en el Pueblo: Fidel nos decía que “La Revolución llega al triunfo
sin compromisos con nadie en absoluto, sino con el pueblo, que es el único al
que debe su victoria”. Nosotros como revolucionarios debemos aferrarnos a
esta afirmación, pues tal vez nos toque avanzar más lento pero si avanzamos con
el pueblo los pasos serán más seguros y más fuertes, pues estarán cimentados en
su conciencia, por tanto es clave aperturar los espacios para que este pueblo
debata, opine, critique, se equivoque y aprenda, en definitiva tome decisiones
en torno a los elementos de carácter táctico y estratégico. Nos corresponde
generar las condiciones para que en las estructuras internas del PSUV se den
estos espacios de democracia participativa y protagónica y que sea en estos
espacios donde afloren las convicciones de los militantes para transformarlas
en orientaciones políticas y en acciones concretas que permitan superar las
crisis y los ataques del imperialismo en cualquiera de sus formas.
Hemos
creído erróneamente que hacer una Revolución es un camino plagado de flores,
mieles y victorias, cuando la realidad de la Revolución bolivariana y el legado histórico
de los comuneros de Paris, la Revolución
Bolchevique, La guerra Popular Prolongada en China, La conquista de la
independencia y autodeterminación del Pueblo Vietnamita, la Revolución cubana, la Unidad Popular en Chile,
las guerrillas centroamericanas y la heroica resistencia del pueblo colombiano
en sus distintas formas nos demuestran todo lo contrario, Nuevamente citemos a
Fidel "La Revolución empieza ahora, la Revolución no será una tarea fácil, la Revolución será una empresa dura y llena de
peligros.”
Es
deber como revolucionarios que hacer que el pueblo bolivariano vea la enorme
responsabilidad que recae en nuestros hombros, que tenemos acuesta la esperanza
de los pueblos que en todo el mundo luchan por su liberación y que pese a todos
los errores y dificultades que tenemos en nuestro proceso hay la posibilidad de
aprovechar la crisis para reagrupar fuerzas y ajustar una táctica que nos
permita avanzar en la construcción de nuevas relaciones de producción,
distribución y consumo orientados en una perspectiva socialista, donde las
comunas, los consejos comunales y el conjunto de estructuras de ejercicio de la
democracia protagónica tomen un papel preponderante en la construcción de un
nuevo sistema económico, político, social y cultural.
Debemos
prepararnos para luchar, debemos moralizarnos en el combate diario por la
resolución de las necesidades del pueblo y alimentar nuestra conciencia con lo
que hemos sido: Libertadores, cimarrones, rebeldes, valientes, insurgentes,
esperanzados y amorosos.
Es
importante que comprendamos que la guerra económica no la resolveremos
fácilmente, ni en corto plazo, pero mientras más dispuesto este el pueblo en
dar la lucha y su vanguardia en acompañarla, mas pronto retomaremos la
ofensiva.
Carlos
Rodriguez
04-11-15
@carloskmarada
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