Comandante Supremo

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lunes, 25 de enero de 2016

Las Dos Tareas Urgentes Que Podrían Salvar La Revolución



Por: Sergio Sánchez

Luego del 6D del pasado año, nuestra Dirección atraviesa una profunda crisis. Es evidente que la dirección del proceso no ha salido de la sorpresa ni ha realizado un balance pormenorizado de lo que ocurrió. Las acciones hasta ahora tomadas a escalas municipales, regionales y Nacional lo evidencian. Hay una lectura, apenas obvia del 6D que poco a poco se hace sentido común: La crítica de nuestro Pueblo no es en torno al programa Chavista sino a su dirección (diferentes direcciones). Basta preguntarle a 100 venezolanos y 90 te contestaran estar de acuerdo con la gratuidad de la educación, con la gratuidad de la salud, con que los campesinos labren su propia tierra, que los comerciantes e industriales tengan ganancias módicas, que seamos una república soberana y solidaria, que la mujer se libere de la opresión masculina, etc, etc. Muy pocos plantean que haya que privatizar todo para desarrollarnos. En el imaginario colectivo está muy bien sembrado un proyecto progresista y solidario. Pero si preguntamos si están de acuerdo con la corrupción, con la ineficiencia, con las imposiciones, con la prepotencia, con el nepotismo, el mismo 90% dirá que está en contra. Hágase la prueba y se percatara de que el reclamo es a la dirección, ya sea por inacción o por tolerancia de cosas que no se han debido tolerar.

A esta crisis de dirección que se desarrolla en la esfera política de la sociedad, se le suma un profundo colapso del modelo económico rentista construido en los últimos 80 años y que arrastra consigo al capitalismo de estado edificado en los últimos 10 años. Es capital señalar que el aparato productivo de un país no se desarrolla en un año, mucho más si llegamos tan tardíamente al desarrollo del capitalismo mundial. Es necesario que se debata a profundidad sobre cómo desarrollar este Plan económico manteniendo la soberanía nacional.

Ahora bien, lo que nos converge a este escrito es la necesidad de precisar que la situación económica no va a mejorar en un corto plazo, por lo que la república va a entrar en una suerte de “Período Especial”, en donde solo los altos niveles de conciencia y organización de nuestro Pueblo, por un lado y por el otro, la legitimación permanente de la dirección del Proceso en torno a un Plan para salir de este período y su desarrollo, nos permitirá mantener a flote la Revolución Bolivariana. No tengo dudas de que la conciencia de nuestro Pueblo da para soportar este período y más. El paro petrolero, cuando aún ni se hablaba de Concejos Comunales ni de socialismo, es una clara demostración de lo que puede lograr un Pueblo cuando es consiente y respalda a sus líderes porque lo considera en la dirección correcta. Claro que esta crisis es peor que la del paro petrolero, pero también es mucho más profunda la conciencia y organización de nuestro Pueblo.

Sin embargo, la dirección de la Revolución no muestra señales claras de comprender su papel en este cuarto de hora definitoria que nos queda. La impunidad, la ausencia de debate, las imposiciones, la persecución a las críticas y la reincidencia en un discurso panfletario, que no dice nada al Pueblo de cómo salir de esta situación, que no convoca a la autocrítica fraterna ni a construir juntos soluciones, son señales inequívocas que algunos miembros de las direcciones nacional, regional y municipales, así como las direcciones del estado, no han comprendido el mensaje del 6D y la urgencia del cambio en la forma de hacer política.

Hay que reconocer que la dirección del Proceso no es homogénea. El papel de Nicolás Maduro y de otros altos dirigentes abriéndose a la autocrítica y reconociendo problemas medulares es digno de señalar. En muchas partes aparecen cada vez más Alcaldes, Gobernadores y en general líderes de alto perfil del proceso sumándose a la necesaria rectificación. Sin embargo, son esfuerzos y comentarios aun aislados frente al gran aparato del estado. En esencia sigue plena y rebosante la impunidad de grandes corrientes que le han causado mucho daño a nuestro Pueblo a escala nacional, regional y municipal. Las denuncias permanentes terminan aisladas, sin nadie que las escuche y mucho menos que tome medidas. Los responsables de corregir desviaciones ven para los lados o en el mejor de los casos, se sienten solos y colapsados entre tantos problemas y no actúan. No se convoca al Pueblo desde lo cotidiano para construir soluciones, salvo el llamado general que hacen algunos líderes antes mencionados. Mientras, la corrupción e indolencia de muchos funcionarios frente a la crisis económica que se materializa en Mercal, en el transporte público, en las empresas Hídricas, en el Servicio Eléctrico, en los bachaqueros, en la venta de los carros y la línea Blanca del Gobierno, está aceleradamente destruyendo la moral de un Pueblo revolucionario, minando la unidad. Es una bomba de tiempo corto, que redundará en un aumento de la crítica colectiva y en la desmoralización de las masas aun dispuestas a defender al Gobierno.

Frente a esta crisis de dirección solo nos queda dos cosas que puedan salvar en corto plazo al Gobierno: La construcción de un programa mínimo viable, escrito para todos los venezolanos, que convenza a las inmensas mayorías que ese es el camino para salir de la crisis económica que tenemos, con metas y tiempos claros, con una ejecución transparente que todos podamos juzgar o aplaudir, con sanciones ejemplarizantes para las desviaciones del mismo. En segundo lugar, un proceso profundo de democratización de la revolución, lo que implica una separación del PSUV del Estado. Que las masas organizadas en el Poder Popular y en el Partido pasen a Controlar a los funcionarios del estado. Que se abran espacios de debate no tutelados por la autoridad estatal y que lo que prive no sea la defensa automática de la burocracia. El Pueblo necesita saber que la dirección es capaz de derrotar a la impunidad, que no se va a continuar con la protección de alcaldes, Gobernadores, diputados, ministros, directores o Presidentes de empresa que son vergüenzas ambulantes y recordatorios ignominiosos de la impunidad. Deben “rodar algunas cabezas” que son lastre para este barco. Lo importante es evitar que el barco se hunda, pues ya no es conjugable corrupción, ineficiencia e indolencia con revolución.

Luego, este proceso de apertura democrática, de “batalla de ideas”, permitirá reorganizar al PSUV, que líderes históricos vuelvan a las direcciones y que bandidos o funcionarios desinteresados salgan de las mismas. Si no se reorganiza democráticamente a nuestro Partido Socialista Unido de Venezuela sumando a tantos lideres claves que hemos dejado en el camino, no tendremos el instrumento de dirección y orientación para llevar a feliz término este barco por aguas tan turbulentas como las que estamos pasando. Sencillamente se terminará de desconectar las Direcciones de las grandes masas y será inevitable el naufragio. En el PSUV (Dirección Nacional, Direcciones Regionales, Municipales, CLP, UBCh, etc) no son todos los que están ni están todos los que son. Abramos las puertas nuevamente, expulsemos el sectarismo y los discursos panfletarios, convoquemos al país todo, a la unión nacional para la construcción y ejecución del Plan de desarrollo Nacional.

La pelota está en manos de la dirección. El Pueblo espera entrar en el juego, tiene la capacidad para hacerlo bien, pero hay que sacar a varios jugadores que ya no dan más. Abrámonos a la revisión profunda y fraterna que solos se van a ir los que nos están entorpeciendo y el Pueblo construirá la nueva dirección con aquellos que estén a la altura del momento histórico que serán ratificados y los nuevos que emerjan de las luchas. Confiemos en el Pueblo que es sabio.

martes, 12 de enero de 2016

Desechar las ilusiones y prepararnos para la lucha

Carlos Rodriguez
@carloskmarada
Ni el Socialismo ni los buenos gobiernos caen del cielo, la historia nos ha demostrado que las revoluciones no son logros particulares o individuales, sino que por el contrario son síntesis de largas luchas de distintos actores sociales que asumen en sus manos la tarea de la transformación de sus condiciones de vida. En este sentido es importante reivindicar que no existen caminos fáciles, atajos o milagros en la lucha de clases.
Estamos atravesando una crisis de carácter orgánica y sistémica del capitalismo mundial, con el agravante de que en Venezuela se suma la crisis del un capitalismo rentístico, mono-exportador, parasitario y dependiente. Aunado a este fenómeno propio de la sociedad en su fase imperialista, está la conspiración de la derecha nacional e internacional que busca socavar la estabilidad de las familias venezolanas con Bachaqueo, contrabando, especulación, acaparamiento y otras acciones que han venido aplastando el conjunto de patrones morales que habíamos venido construyendo con la revolución Bolivariana desde la llegada al gobierno.
Frente a este clima adverso y en el cual la correlación de fuerzas no nos es favorable, nos corresponde por un lado, asumir que no hay recetas mágicas para salir de la actual situación y lograr vencer a la derecha en el terreno político, económico y cultural, y por el otro disponernos a luchar para reagrupar las fuerzas y construir una nueva fuerza política que nos posibilite renovar al chavismo como movimiento social de masas capaz de sentar las bases para la construcción socialista.
Las respuestas a estas situaciones solo las podremos encontrar en la sabiduría del pueblo, si no vamos a sus territorios, si no aprendemos de sus procesos y si no complementamos nuestras perspectivas con sus aspiraciones no tendremos claridad en el camino a transitar.
Es necesario romper el marco liberal burgués de juego que nos ha mantenido entrampados hasta ahora, debemos disponernos a irrumpir como poder popular en el cual reside la soberanía de manera intransferible, para golpear las estructuras de ese estado burgués, que nos ha demostrado una y otra vez que está obsoleto para enfrentar los retos que tenemos como fuerza emergente por la redención social.
La burocracia y la socialdemocracia infiltrada en nuestro proceso  ha jugado su papel de manera eficiente, tanto así que casi logra asfixiar la rebeldía del chavismo, ahora nos corresponde a los revolucionarios un papel más beligerante y comprometido, debemos disputarles la direccionalidad del proceso, debemos aperturar al máximo los espacios para que la democracia participativa y protagónica se vuelva carne en nuestras comunas, debemos impulsar la cultura del trabajo con significado y la vocación productiva en nuestro pueblo, debemos brindarle al compañero Nicolás Maduro el apoyo para que profundice y depure junto al pueblo la revolución.
Este 2016 será un año de definiciones, el comandante Chávez planteó:” No faltaran quienes pretendan aprovechar coyunturas difíciles para insistir en su empeño de revivir el neoliberalismo” pero a ellos, los apátridas, les respondemos con las mismas palabras del comandante “frente a cualquier escenario nuestra acción debe ser Unidad, Lucha, Batalla y Victoria”

miércoles, 6 de enero de 2016

Las principales tareas del poder popular




(06-01-16)
Carlos Rodriguez
@Carloskmarada
A partir de la actual coyuntura en la cual el imperialismo retoma la ofensiva en busca de reconquistar el terreno perdido, los factores revolucionarios debemos  trabajar sin descanso por re-agrupar fuerzas y estructurar una táctica lo suficientemente coherente que nos permita resistir la envestida del  imperialismo y estructurar una contra-ofensiva para seguir avanzando por el camino de la paz hacia la construcción del socialismo.
La disyuntiva actual   ¿El limitado Poder Burgués o Todo el Poder para el Pueblo?
La revolución Bolivariana se abrió paso a partir de las hendijas generadas por la propia democracia liberal burguesa y en una primera etapa, logramos hacer un conjunto de reformas que permitieron inclinar la balanza a favor de los factores históricamente excluidos, en ese sentido se logro refundar la república a partir de una nueva constitución y dar apertura de espacios para el ejercicio de una democracia participativa y protagónica, como expresión de la superación de la limitada democracia representativa, con la cual se hicieron pactos de elites, traiciones, desapariciones y torturas, violación de derechos humanos e imposición de paquetes neoliberales para subyugar al pueblo arrojándolo así a las garras de la miseria.
En más de 15 años la revolución bolivariana con sus virtudes y defectos se logro que la sociedad venezolana en general diera un salto en  orden de lo económico, político, cultural. Saldando así una deuda con el pueblo que tenía más de 40 años, pero por sobre todas las cosas le entregó al pueblo la posibilidad de recuperar su dignidad.
Luego de un tiempo de haber avanzado por estos caminos con vientos de guerras y sabotajes permanentes por parte de la derecha mundial en alianza con la derecha criolla, El comandante Chávez plantea que hay que entrar en una nueva etapa, hace una auto-critica del proceso revolucionario, y  visualiza que hemos llegado bastante lejos con la estructura (del viejo estado) que le habíamos arrebatado a las clases dominantes y que por ende nos hacía falta dar un “golpe de Timón” para llenarnos de nuevas fuerzas y desarrollar el combate ahora sí , ya no en el terreno enemigo como lo habíamos hecho en el pasado, sino que ahora la batalla seria en la comuna, desde el territorio. Planteo además una táctica “ El Punto y Circulo” como forma de ir ampliando desde el territorio los pequeños injertos que habíamos venido construyendo de nuevo sistema político, económico y cultural comunal, que se empezaban desarrollar como un germen de ese nuevo poder que debíamos convertir en nueva fuerza hegemónica. Desde este punto de vista pudiéramos decir que frente a la ofensiva del imperialismo el comandante Chávez plantea en el Golpe de timón un repliegue táctico que nos permita ya en nuestro terreno construir una contra-ofensiva estratégica. Lastimosamente desde mi perspectiva la dirección de la revolución no comprendió este planteamiento del comandante y quedó la profundidad de este planteamiento convertido en una consigna inofensiva, que fue repetida hasta el cansancio, pero no instrumentalizada ni operativizada en orientaciones concretas a las masas.
Este error político nos coloca  luego de los resultados electorales del 6D del 2015 en una crisis de carácter estratégico para la revolución, donde no está en riesgo solo perder el poder, sino lo que es más grave aún, perder la posibilidad de ser opción de poder, es decir la perdida de la razón, de la fuerza, de la moral y de la verdad histórica que recupero Chávez en el discurso del Jardín Botánico.
¿Qué hacer desde el poder popular?
  • Construir un gran liderazgo colectivo en base al Ejemplo,  la Verdad y a la Confianza
  • Profundizar y fortalecer la principal fuerza de la revolución, las comunas y los comuneros como sujetos sociales de transformación.
  • Consolidar y asociar las experiencias comunales de distinta índole para organizar el nuevo sistema económico-político-cultural comunal
  • Redibujar el plan en el imaginario colectivo, no permitir que se desdibuje el objetivo estratégico, es tarea de todos los revolucionarios estudiar, socializar y luchar día a día por cada objetivo trazado en el Plan de la Patria.
  • El PSUV debe ser una estructura que rompa con los parámetros de la democracia liberal burguesa y haga letra viva el libro Rojo y las cinco líneas estratégicas de acción política.
  • Re-construir la esperanza de las grandes masas explotadas con un discurso y una práctica coherente.
  • Incorporar a las grandes masas a la resolución de los grandes problemas que enfrenta la sociedad Venezolana en principio en el orden de lo cultural y económico
  • Desarrollar una comunicación de masas critica y autocritica basada en la verdad, profunda y pedagógica, que no las coloque como objeto pasivo, sino que las incorpore a la lucha cotidiana por su liberación.
  • Convocar una gran alianza estratégica entre los campesinos, comuneros del campo y la ciudad así como trabajadores de las industrias estratégicas a fin de construir medidas frente a la guerra económica
  •  Avanzar con la consignas  “todo el poder para el pueblo” y  “Pan, Paz, Patria y producción” estas deben ser las cuatro “P” del Poder Popular
  • Convocar un encuentro de los movimientos sociales y organizaciones anti-imperialistas y anti-capitalistas continental para construir un plan continental en defensa del socialismo y las paz en el continente
Estos son solo algunos elementos creo deben estar  como punto de partida en el accionar del poder popular para renovar al chavismo como fuerza política beligerante, por su puesto cada punto debe ser convertido en tarea concreta para cada organización y militante de la revolución.